Teniendo en cuenta a quienes prometen supresiones de carriles bici como “prioridad municipal”, y como unos están mejor ideados que otros, detallo a continuación algunas ideas para adaptar o corregir antes que destruir.
Dejar libre para la circulación el carril que ocupan contenedores y estacionamientos en la calle Colón y en las avenidas Burjassot y Constitución, ya que para eso están las calles laterales y en el caso de Colón aprovechar mejor la explanada de la plaza de los Pinazo y la entrada ajardinada desde la Glorieta.
En cuanta a la avenida Reino, reconozco que me ha pillado a traspiés, ya que creía que con los carriles de adentramiento por las calles, Sevilla en la parte oeste del barrio Ruzafa y Almirante Cadarso en el este, sería suficiente teniendo en cuenta que según colectivos ciclistas es de las zonas con mejor dotación de carriles de bici de la ciudad según su potencial utilizador, mientras que, paradójicamente, en otros barrios menos pudientes y más dados a utilizar las dos ruedas están peor atendidos en ese tipo de infraestructura urbana.
Con un carril bici en la calle Ruzafa, tramo Gran Vía –Xàtiva, queda solucionada la conexión ciclista y dos carriles para la circulación de vehículos de entrada, los mismos que para salida en la calle Alicante sin necesidad de carril bici pero si ampliar un poco una de las dos estrechísimas aceras.
Sobre congestión de circulación en vías urbanas, quienes nos dirigen deberían tener en cuenta que a partir de los primeros años sesenta del siglo pasado fue publicitada la tenencia de automóvil como estatus más que la cultura, ya que el vehículo no protestaba. Por ello, un porcentaje de quienes poseen coche utilizarían servicios públicos de transporte si fueran eficientes desde donde viven, mientras que otros propietarios persistirán en la utilización del vehículo privado, incluso alegando que para eso pagan impuestos, sin recapacitar que perjudican al medio ambiente y a la rentabilidad de quienes necesitan medios de desplazamiento individual para sus actividades profesionales.
Por ello, una “prioridad” para quienes gobiernen en la siguiente legislatura, deberá ser la paulatina mejora del transporte metropolitano y de cercanías, continuando con la coordinación iniciada recientemente por la Autoridad de Transporte Metropolitano de València (ATMV), después de decenios de espera, entre Cercanías Renfe, metro y autobuses urbanos y suburbanos.
Asimismo, recuperar los viajeros, unos 12.000 diarios, perdidos sumando las líneas de Castellón y Utiel, en la primera como consecuencia de los problemas surgidos con la dilatadas obras de la colocación del tercer carril y después en la circulación de trenes, y en la de Utiel, perjudicada cuando realizaron la entrada de la alta velocidad procedente de Madrid y con la tardía solución provisional, hasta que sea realidad la Estación Central, para continuar viaje hasta la terminal ferroviaria de la calle Xàtiva.
Cuando en las grandes ciudades europeas, incluidas las españolas, hacen todo lo posible para captar viajeros que utilicen trenes de cercanías, evitando aglomeraciones en tránsito urbano y disminuyendo la contaminación, el Ministerio de Fomento no hizo los deberes correctos, y en València ha ocurrido lo contrario, se han trasvasado a la carretera desplazamientos de cercanías en cantidad de viajeros diarios que duplica a la de captados para los trenes de alta velocidad entre València y Madrid. Por ello ha aumentado la circulación diaria por la autovías A-3 y V-21 de Puzol.
Y como según Renfe el goteo de disminución continua, es urgente la ejecución de soluciones para frenar esa tendencia, como realizaría una empresa privada, y recuperar clientes.
Asimismo, en València continua como asignatura pendiente, desde antes del nuevo siglo, servicios de microbuses coordinando los barrios de Ciutat Vella con estaciones de metro, ferrocarril y autobuses. Actualmente sólo bicicletas, patinetes, andando o taxi, éste prohibitivo de utilización frecuente para un importante porcentaje de residentes y visitantes.
